Harris toma como punto de partida la cuestión de que todas las conductas humanas tienen un componente racional claro, por muy distintas que sean las culturas y los hechos que se estudien. Por esto, Harris explica ciertos aspectos de algunas culturas que son aparentemente irracionales e inexplicables según otros estudiosos de la humanidad, antropólogos o no.
En el prólogo del libro, Harris define los principios basados en el predominio de la razón. Todo lo que hacen los hombres es porque tiene un sentido útil y practico para ellos, es decir, la humanidad no tiene comportamientos caprichosos, sino que todos sus comportamientos, desde las perspectivas “etic” y “emic”, tienen explicación.
En el prólogo del libro, Harris define los principios basados en el predominio de la razón. Todo lo que hacen los hombres es porque tiene un sentido útil y practico para ellos, es decir, la humanidad no tiene comportamientos caprichosos, sino que todos sus comportamientos, desde las perspectivas “etic” y “emic”, tienen explicación.
Para demostrar todas estas teorías, Harris estudia casos raros de comportamientos humanos en diferentes culturas actuales y pasadas que, hasta ahora, habían sido “enigmas antropológicos”. Y afirma también que nuestra mente es una conciencia aislada de los hechos prácticos de la vida y sin conciencia racional sobre los motivos de nuestros comportamientos.
Es entonces cuando el autor se pregunta por qué ocurre esto, dando tres respuestas aparentemente sencillas: la ignorancia, el miedo y el conflicto. La ignorancia, porque la gran mayoría de gente desconoce la extensa diversidad de alternativas que existen a su estilo de vida. Por tanto, mientras más primitiva y cerrada es una cultura, más ignorancia hay; el miedo, porque ante ciertas situaciones, la falsa conciencia puede ser la única defensa eficaz. Esto no está ligado a un mayor desarrollo cultural, sino que se acentúa más en culturas desarrolladas y modernas; por último, el conflicto se debe a que en la sociedad son pocas personas las que ejercen control sobre la gran mayoría, explotándolas en muchos casos.
El arte y la política ayudan a impedir que la gente comprenda de verdad en qué consiste su vida y el porqué viven de una determinada manera. Por todo esto, Harris defiende que la conciencia cotidiana no puede explicarse a si misma.
Con todo esto, las críticas hechas a la obra de Harris por otros antropólogos se centran, sobretodo, en su excesiva semejanza con el materialismo, es decir, para hechos sociales que se produzcan con los mismos condicionantes ambientales, como la supervivencia, puede ser cierto que todos los comportamientos son iguales; pero cuando las variables son más complicadas, la diversidad de comportamiento es evidente, lo que contradice las previsiones materialistas de Marvin Harris.
1 comentarios:
No crec que siga la vostra opinió. Es massa intel.lectual i acadèmica. Hi ha temes de sobra per fer una valoració que expose exemples actuals del paper de la religió, la causa de les guerres, l'infanticidi, o el malbaratament de recursos que fem per guanyar prestigi com al potlach. No era precís. Les crítiques d'altres investigadors no són les vostres.
Publicar un comentario